Ya no confío en tí, pero tampoco confío en mí
Todos los días tomamos decisiones, es simplemente imposible escapar a esta realidad, desde optar por quedarnos unos minutos más en la cama, pensar en las opciones para el desayuno o incluso las decisiones que podrían cambiar nuestra vida desde aceptar ese trabajo o proyecto, como también si saldremos con esa persona que nos gusta tanto, son todas decisiones que en muchos casos tomamos sin pensar, es decir sin la reflexión necesaria para aceptar si el curso que tomamos nos brindará los beneficios que esperamos. Algunos no deciden, o eso creen, permiten que otros tomen las decisiones por ellos, cuando el miedo nos carga con inseguridad, atraemos a personas que como salvadores estarán dispuestos a brindarnos opciones prácticas para resolver nuestros asuntos, si estos consejeros son sabios nos recordarán que quién corre con las consecuencias de las decisiones a tomar siempre seremos nosotros, cuando esto no es así, entraremos en un círculo vicioso muy peligroso. Esto pasó por e...